Dos días distintos un mismo vientre se habitó.
Dos días distintos el mismo vientre se deshabitó.
Un mismo tiempo
Un mismo espacio
Nos encontró
El comienzo se remonta a esos tiempos del cálido vientre en donde sabíamos de la existencia del otro, y en donde de alguna manera nos conocíamos. Luego de que ambos fuimos, nos encontramos fuera y volvió a comenzar todo nuevamente. Fue momento de: tiradas de pelos, felices cumpleaños cantados en el tono correcto, televisión y no jodas, dibujitos, club, corridas, entrada a baños equivocados, barbies, pelucas, rodillas sangrando, bicicletas, tierra media en el patio de casa y juego de la luz.
Pero durante ese tiempo comenzó a entrometerse algo. Nosotros lo dejábamos pasar, no sabíamos qué era. ....Hasta el día de hoy no lo sabemos. Lo que sabemos fue lo que pasó. Comenzamos a cambiarle las letras a las canciones, a juntarnos a escuchar los discos que nos llegaban. Hasta que un día agarramos un par de guitarras (inflable ella), invitamos a nuestra prima e hicimos nuestro primer show, frente a un público masivo, reducido a nuestra familia. Como era de esperar nadie se enteró de lo sucedido, y menos aun nosotros.
Luego de ese acontecimiento los pelos comenzaban a ser cada vez más largos, y entre distorsiones y melodías nos encontrábamos, buscando separados un camino junto a seguir. Él comenzaba a caminar en mástiles, letras y cuerdas. Ella entre colores, trazos y pensamientos profundos. Y así poco a poco, además de escuchar juntos, comenzaron a crear torpemente. Fue un punto de inflexión el olvidado concierto presenciado por nadie, en donde los instrumentos parecían tan irreales, las melodías enfermas y los ruidos hermosos. Los gritos se repetían constantemente, los golpes amaban y las medias eran de diferente color.
Luego del olvidado concierto Él se va a otro espacio, pero todavía en el mismo tiempo, haciendo que la distancia fuera más cercana de lo que aparentaba en un principio, haciendo que todo se tiñera de rojo y otros colores, que todo sea más blanco, más ruidoso, hasta más cercano tal vez. El viejo mundo se perdía en muros, estrellas, bares y montañas. Ella nuevo mundo, se perdía en libros, imágenes, teclas y parches.
Todos nos aprontábamos para el reencuentro, pero nadie se aprontaba para luego del rencuentro, nadie y menos todos sabían lo que traería. Y el rencuentro trajo Mostachos y todo volvía a comenzar otra vez. El rencuentro trajo una deuda pendiente, y eso era mostrar todo lo que fuimos, vimos, comimos, gritamos, pintamos, tomamos, sufrimos, entendimos y no tanto, y amamos. Los sonidos se mezclaron entre ruidos y armonías, como si estuviéramos jugando, tal vez realmente jugando. Así, sin proponérnoslo la primera canción terminada dio a luz, dándole paso a las siguientes, a las peleas, a las ilusiones, a todo lo que son y serán los Mostachos.
Noche de pánico habla con Raúl Garrido sobre el último disco de los Mostachos, ¨Juan¨, y otras cosillas de la banda.
Generacióm Bandcamp, Nuevas propuestas musicales y Otras formas de circulación por Martín Palacio Gamboa para Brecha.